¿Desde cuándo trabajas con educación en contextos de encierro?
2007.
¿Cuáles son los desafíos que encuentras para ejercer su trabajo en dichos contextos?
Al principio debimos pagar el derecho de piso de ser civiles trabajando dentro del Servicio Penitenciario y compartiendo tareas con celadores y guardias que siguen un orden jerárquico. Por lo tanto no nos saludaban, debíamos esperar que bajasen los pedidos para las clases, enviar las negativas sin preguntar al interno si quería participar del taller, no abrir las puertas cuando llamábamos y hacernos esperar 30 min, retirarse de la actividad cuando están cuidando el patio y dejarnos solos con 10 o 15 internos, etc.
Pero hoy, debido a la antigüedad en el trabajo y después de tanto compartir, algunas cosas mejoraron.
¿Qué tipo de apoyo necesitas para mejor realizar su trabajo?
Principalmente recursos materiales, desde la ropa para los internos que sea cómoda para la práctica de deportes, hasta herramientas que nos permitan aplicar los conocimientos y obtener resultados acordes a los esperados. En todo este tiempo, el aporte de la educación física a la recuperación de los pacientes internos, en el hospital psiquiátrico de la cárcel de Ezeiza, ha sido muy satisfactorio.
¿Cómo evalúas la formación de maestras/os para la educación en contextos de encierro y qué recomendaciones harías al respecto?
Desde que trabajo en contextos de encierro, los profesores/as, maestros/as que conozco debieron actualizarse e ir aprendiendo de otros que nos ayudan con sus experiencias, pero hay muy poco material bibliográfico, cursos de actualización, o materias optativas en los institutos de formación relacionados con la educación en contextos de encierro. Abrieron algunas tecnicaturas pero son caras.
Raul Casaretto, 38, Complejo Penitenciario Nº 1, Ezeiza, Argentina (actúa como educador en el proyecto interministerial de salud mental P.R.I.S.M.A)