Argentina

Coquito el monito

Por Rodrigo Acosta Paez
Ilustración: Carlos Miranda Mena
Fuente: Antología de Cuentos Infantiles
(Cooperativa Cartonera “Cuenteros, Verseros y poetas”, Unidad Penitenciaria N° 23 de Florencio Varela, Pabellón N° 4)

ilustraciónHabía una vez un monito llamado Coquito, que vivía en la selva con sus padres y hermanitos.

Coquito era muy inquieto, y le gustaba mucho jugar con amiguitos en los árboles. Hacer piruetas de árbol en árbol. En cuanto a su padre, mucho no le gustaba porque era muy pequeño, pero Coquito era bastante desobediente y escapaba cada mañana de sus padres, sin importarle el peligro que corría lejos de ellos.

Saltaban de acá para allá, y así hasta llegar a una laguna no muy lejos de su casa, donde se bañaban casi todo el día con sus amiguitos Pipo y Tito, dos monitos tan desobedientes como él. En la laguna se alimentaban de pescaditos y cuanta cosa rica se les cruzaba por el camino. Así ellos iban creciendo siempre juntos. Su papá viendo que Coquito era tan inquieto y desobediente, tuvo que ponerle límites y mostrarle el peligro que corría lejos de ellos y llevó a Coquito hasta un lugar donde se alojaban animales de muchas clases como leones, hienas, víboras de gran tamaño y muchos otros animales salvajes.

Cuando volvían de regreso a casa, se tuvieron que trepar a un árbol grandísimo porque un León quiso probar sus deliciosas carnes y quedaron varias horas allí, hasta que el León y su manada se retiraron. En cuanto a Coquito, empezó a razonar del peligro que lo acechaba en la selva. Llegando a su casa, pasaron por la Laguna donde Coquito y sus amiguitos se divertían cada mañana y vieron que de las profundidades de la laguna se asomaban varios cocodrilos y un paso más lejos, unos temibles hipopótamos.

Coquito dijo a su padre: “Papi, esta es la laguna donde me divierto cada mañana al escapar de casa”, y el padre le respondió muy enojado: “Pudo haber sido tu fin Coquito, porque los cocodrilos y los hipopótamos se alimentan de cuanta cosa se les cruza”. Estando ya en casa, se acercaron Tito y Pipo, los monitos traviesos, y le preguntaron a Coquito adonde había ido Coquito con su papá. Coquito les respondió: “Fui a conocer el peligro de esta selva, y no volveré a ir más a esa laguna”. Coquito le explicó a sus amiguitos todo el recorrido que hizo con su Papá. Y ellos también entendieron de los terribles riesgos de andar por la selva sin los padres.

A partir de allí tanto Coquito, como Tito y Pipo, juegan cerca de sus padres y se divierten de igual manera que antes, haciendo piruetas con Doña Jirafa y con una elefanta muy conocida por la familia que se llama Doña Coca. Coquito es feliz por haber sabido escuchar a su Papá cuando le habló de los peligros de la selva.

Coquito creció y siguió haciendo piruetas como siempre, y hoy hace reír a miles de animales en un Circo muy conocido de la selva que crearon los propios monitos, siendo que Coquito, Pipo y Tito son las estrellas haciendo mil piruetas y monerías.

Esto nos enseña que siempre hay que escuchar a Papá y a Mamá y así lograremos llegar a nuestro mejor desempeño y cumpliremos los sueños que todos tenemos bien adentro de nuestros corazones.

 

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