Bolivia

Julia: “Así podremos reclamar nuestros derechos”

(This post is also available in English) Ahora tengo 53 años, pero me siento fuerte, por eso sigo trabajando. Soy campesina y madre de 12 hijos. Antes de aprender a leer y a escribir era como ciega, veía letreros y papeles por donde caminaba cuando iba a la ciudad, pero no sabía qué decían ni de qué trataban. No podía yo firmar mi nombre. Pero tuve la oportunidad de aprender a leer y a escribir y a hacer cuentas y gracias a eso puedo decidir mejor por dónde caminar cuando voy a la ciudad, ya puedo leer las cartas que me mandan mis hijos y puedo participar en otros talleres de capacitación, puedo reclamar por proyectos para el desarrollo de mi comunidad. Ahora puedo contar más rápido el dinero cuando vendo algo o cuando tengo que hacer otro tipo de ventas y compras. Ya no tengo que poner mi huella digital, firmo con mi nombre. Y puedo controlar mejor los gastos que hago en mi casa. Entro en cualquier lugar con más seguridad y sin preguntar tantas cosas porque ya puedo leer. Ya puedo darme cuenta de dónde queda cualquier oficina. Y también veo la vida de otra manera, es como si me hubiera quitado una venda de mis ojos.

Por último, lo que digo es que quiero seguir adelante y decirles a las otras mujeres que también se capaciten, que aprendan, así podremos reclamar nuestros derechos.

Julia Aparicio de Sánchez, 53 años, campesina y madre de familia,
El Cóndor, Tarija, Bolivia, 2007.

Testimonio a la: Revista Decisio, n° 19, enero-abril de 2008. Edición especial: Relator de Personas Adultas en Alfabetización.

ENGLISH TRANSLATION

Now I’m 53 years old, but I feel strong, that is why I keep on working. I’m from the countryside and mother of 12 children. Before learning how to read and write I was like a blind person. I would see signs and papers everywhere in the city, but I did not know what they were all about. I could not sign my own name.

But I had the chance to learn how to read and write, and make calculations, and thanks to that I can decide where to go when I’m in the city, and I can read the letters sent by my children, and also attend other qualification workshops. I can make claims for development projects in my community. Now I can count money faster whenever I sell or shop something. I don’t have to press my fingerprint anymore, I can sign my name now. I can control better my home expenses. I can enter any place with more confidence and without asking so many questions, because I can read. Now I can find out where any offices are. I also see life with different eyes, as if a blindfold was taken off my face.

Finally, I say that I want to go on and tell other women to qualify themselves as well. They must learn, and so they can claim their rights.

Julia Aparicio de Sánchez, 53 years old, peasant and head of household,
El Cóndor, Tarija, Bolivia, 2007.

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