Argentina

Patricia: “Hace 12 años que estoy feliz trabajando en la cárcel, me encanta”

¿Qué tipo de desafíos encuentras en tu trabajo como educadora en las cárceles?
Mira, cada año que pasa nosotros nos vamos encontrando con una matrícula totalmente distinta al año anterior. Antes se daba una edad promedio de 25 o 28 años, ahora tenemos una edad promedio mucho más baja. Nos pasaba que tener un alumno de 18 años adentro del salón era toda una novedad. Hoy es tan normal como hace años teníamos gente de 30. El desafío es que ellos puedan pensar desde otro lugar su propia vida, tanto ellos como nosotros, porque esto en definitiva es un ir y venir, más venir que el ir. Ellos vienen de villas y de maltratos psicológicos de todas las naturalezas, de todo lo que quieras imaginarte, tanto físico como psicológico, por eso te digo, año tras año vamos aprendiendo a acomodarnos y el desafío es ese, que él entienda que está dentro de una cárcel porque tiene que pagar una deuda social, yo siempre les digo lo mismo, te corresponden 20 años, me parece bárbaro, 20 son para cumplir tu condena y cinco para que aprendás. No soy de las maestras que defienden a los internos porque sí. Yo lo que tengo que lograr que él tiene que pensar, pensar su vida desde otro lugar y me ha dado muy buenos resultados.

¿Sientes que necesitas de algún tipo de apoyo que todavía no hay en las cárceles?
Yo como docente, el apoyo que necesito son de capacitaciones, pero yo necesito capacitaciones que no me digan: mirá, yo nunca trabajé en la cárcel, no sé de que hablo, ya me ha pasado. Entonces, me niego a hacer capacitaciones como ésta, que no quería venir porque sabía lo que me iba a suceder y me sucedió. No quiero bajadas de línea, quiero que me ayudes a pensar, pero a pensar con mi propio criterio y a pensar desde el rol que cumplo en este contexto.

¿Podrías comentar un poco más la formación de maestros y maestras para ese tipo de educación?
Nosotros cuando estudiamos educación para maestros comunes, salió esta posibilidad en mi distrito, por única vez se dictó educación de adultos. Me anoté porque no había matrícula. Yo no iba a trabajar de docente, iba a trabajar de cualquier cosa menos de docente, porque me creía que no estaba capacitada para hacerlo. Cuando empiezo a trabajar con adultos, me doy cuenta que era lo que a mí me gustaba, porque era de igual a igual. En la educación de adultos me divierto, la paso genial y cuándo entré a la cárcel entré para titularizar y dije, cumplo 2 años y me voy. Hace 12 años que estoy, y feliz, me llevé mi segundo cargo titular en la cárcel, o sea que tengo mi jornada completa, hemos logrado muchas cosas. Yo soy bastante molesta, tengo muy buena relación con el servicio penitenciario y tengo muy buena relación con el interno. Entonces, yo me siento como pez en el agua, estoy feliz trabajando allí, me encanta.

¿Hay algo que no te gusta? ¿Qué cambiarías en la educación?
El tiempo ocioso que tiene el interno. Yo entiendo, por ejemplo, que mis alumnos de los dos turnos tienen que estudiar y trabajar obligatoriamente. Porque si no, yo voy a la mañana – que no es mi horario – y les busco trabajo a todos. Entonces, por la mañana trabajan, porque tienen que entender que el trabajo dignifica. Y a la tarde van todos a la escuela y me ocupo de que bajen a la escuela. Yo soy bastante molesta, pero me quieren. Nos queremos.

¿Qué recomendaciones harías al gobierno argentino para que la educación sea más pertinente y relevante?
En la educación de cárceles, la República de Argentina tiene muchos espacios donde podríamos hacer que las personas trabajen y sean útiles a la comunidad. Yo haría algo básico y no solamente que su trabajo se limite a juntar papelitos que tiran otros para justificar el existir del junta papelito, yo haría granjas, haría espacio de talleres para que ellos le devuelvan a la sociedad y donde está inmersa la cárcel, y le devuelvan al hospital, a las escuelas con comedores, que hoy nos ocupamos tanto, que le hagan el pan, que tengan la verdura ¿me entendés? Vamos a ordeñar la vaca, vamos a hacer la panadería pero para ayudar a otro ser humano que indirectamente afecté, lo haces digno, lo que le tenés que devolver, la dignidad, la identidad como persona, no es un preso, es una persona. Tiene 20 años de cárcel, que los cumpla, a rajatabla, no se lo des, pero que se sienta digno. Alguien le mostró que se puede vivir de otra manera, eso es lo que les hago entender a los muchachos, que se pasan 15 años de su vida, la mejor parte de su vida, presos, no aprendieron nada. Dejemos de pelear por las zapatillas, dejemos de pelear, yo soy bastante molesta en eso.

Patricia, 49 años, Magdalena, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

 

4 Respuestas

  1. ROSANA

    ¿CÓMO SE PUEDE CONECTAR PARA TRABAJAR AHÍ? SOY DOCENTE DE ESCUELA COMÚN Y ESPECIAL CON ASISTENCIA NEUROLOCOMOTOR

  2. Carmen

    Hola soy una mujer de mediana edad y la docencia me fascina, en esta vida donde todo está tan informatizado la voz y la trasmisión de saber es necesario. Soy una comunicadora que pretende llegar a conseguir pequeñas metas que hacen que los demas sean mas felices por lo tanto más humanos y para ello me valgo de la palabra sincera y la enseñanza que me ha dado la vida.
    me gustaría trabajar para colectivos que necesiten conocerse, respirar y seguir luchando en el camino del desarrollo para la Educación. Soy Dramaturga titulada, RESAD. Algunas de mis obras pueden ser leidas y analizadas como ejemplos para entendernos unos a otros.. decenas de preguntas, y sentido critico. Pensamiento y reflexión tan necesarios para un mundo mejor, para sembrar semillas que algún día puedan crecer y no para la destrucción de unos a otros.
    Busco la forma de trabajar en esta dirección. Busco a personas que puedan orientarme en este camino.
    Muchas gracias.
    C.P

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