Chile

Cuidemos la escuela

Fuente: Palabras que liberan

la-educacion-es-el-armaDurante las últimas semanas, nuestra escuela en la cárcel sufrió mudanzas imprevistas, despojo y atropellos. Con el transcurrir de los días, el escenario fue empeorando y todos, alumnos y docentes, sentimos que el espacio no estaba siendo respetado. Fuimos escuela itinerante, tironeada, avasallada. Por eso, en el último encuentro del taller, reflexionamos acerca de la importancia de defenderla y protegerla. A continuación, compartiremos algunas de las palabras que escribimos para reconfortarla.

“Voy a la escuela para superarme. Quizás, para no ser tan ignorante, interesarme, aprender. Estando privado de mi libertad, ella me saca de la rutina diaria de problemas y conflictos. A la edad que tengo, 41 años, valoro mucho la escuela y los estudios. Por eso estoy cursando primer año del secundario y digo: ¡antes que nada, cuidemos la escuela!”. Julián

“La escuela se debe cuidar porque es un derecho que tiene todo ciudadano a pesar de que estemos tras las rejas. A mí me sirve terminar el secundario y salir con un título bajo el brazo el año que viene cuando me vaya en libertad. También me va a ayudar a conseguir un trabajo y el día de mañana también para poder ayudar a mi hijo si me pregunta algo sobre la escuela”. Hernán

“Hay que cuidar la escuela porque es lo más lindo de la vida. Vengo a la escuela porque me gusta aprender y ser alguien en la vida”. Emanuel

“A la escuela hay que cuidarla porque es un lugar que nos pertenece. En la celda me pongo mal y me hago mucho la cabeza sobre lo que me puede suceder en un motín. Por eso, vengo a la escuela, que me hace olvidar del encierro. Me hace bien y también a mi familia”. Ramón

“Mi escuela es mi segunda casa. Alguna vez una humilde escuela me enseñó lo que hoy por fortuna sé y me sirve para superarme, para que mañana contemos con una nueva arma para desempeñarnos en la vida dura que nos está esperando. ¡Todos te necesitamos, escuela! Nos hace falta tu palabra, tu voz de aliento para seguir aprendiendo. Eres la que esperamos a diario, la novia ausente que nos está enseñando. ¡No te vayas escuela! Ven, dame la mano, sigamos educando”. Manuel

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